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miércoles, 2 de marzo de 2011

Vals con Bashir


Tal vez el director de esta película consideró que la animación sería la manera más “suave” de mostrar esta terrible realidad. El efecto, sin embargo, ha sido igual o peor. A veces es necesario ver este tipo de películas o documentales para ver las cosas terribles que pueden estar pasando más allá de nuestras vidas. Hoy en día casi nos parece normal oír noticias relacionadas con guerras, terrorismo, muerte... ¿Cómo puede ser posible que necesitemos ver un documental o una película para pararnos a pensar en estas cosas?

Según la enseñanza social que hemos recibido, la guerra es una forma violenta de enfrentarse un grupo de personas contra otro para conseguir sus objetivos, normalmente implantar sistemas gubernamentales o sociales a la fuerza o, principalmente por territorios. ¿Qué sentido tiene esta práctica tan inhumana? Desde pequeños nos han enseñado a sulucionar nuestros problemas hablando y discutiendo los diferentes puntos de vista. El hecho de obligar a un grupo de personas a luchar contra otro, (acabar con la vida de miles de personas con familias y un futuro por delante.), acaba con el término impuesto como ser humano, ético y moral. Éstos términos, junto al lenguaje y la razón, nos hacen humanos.

Viendo ésta película, hemos podido llegar a sentir, (aunque sea poco), el miedo que te aferra cuando tal vez te enfrentas a una infantería o a un tanque. Tal vez no les da tiempo a pensar que en el próximo segundo quizás estarán muertos. Sin embargo, es importante el hecho de que no muestren miedo alguno, y si lo muestran, es solo con palabras, ni una emoción. Aunque tengan miedo, se deben “obligar” a no tenerlo porque tienen que luchar por sobrevivir. Se “obligan” a pensar que ellos solo están allí para atacar y defenderse. Hay una escena en la que aparece un niño soldado con un misil antitanques, los soldados ni siquiera pueden sentir compasión, deben disparar de inmediato. A pesar de todo esto, sus actos reflejan mucho miedo. Son jóvenes y saben por qué están allí. Estando en el tanque se sienten seguros, pero tienen la necesidad de disparar continuamente, esté o no esté el enemigo delante. En la escena en la que se cruzan con un edificio en la costa y les atacan, ellos deciden correr hacia la playa para escapar. Mueren todos menos uno y él se esconde durante un día entero detrás de una roca en territorio enemigo. Una persona que pase por algo así debe tener una fuerza emocional casi sobrehumana. Llegada la noche el soldado se adentra en el mar hasta que encuentra a los tanques que le abandonaron. ¿Cómo puede nuestro subconsciente llegar a luchar por sobrevivir a pesar de esas circunstancias? Él pudo aguantar todo un día esperando cada segundo que posiblemente su vida acabara. Aunque estuviera en shock, lucharía por sobrevivir.

En cuanto al conflicto Israel-Palestina, es impactante que esa situación se remonte a tiempos bíblicos. Tanto tiempo luchando ha conseguido la pérdida de miles de personas, que no han muerto consiguiendo la victoria, sino que han muerto, y las circunstancias no han hecho más que empeorar.

¿Podríamos nosotros soportar emocionalmente la carga de ser soldados, o el dolor de perder a un familiar en esas condiciones, y soportar años seguidos la misma guerra?


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